
Ella se encontraba todavía en ese estado de somnolencia, con el sol calentándole la cara, justo saliendo del sueño de la tarde. Sentía aquella sensación de tranquilidad al despertarse de una siesta tan cerca del mar, sabiendo que no había prisa por desperezarse. Estiraba poco a poco su cuerpo semidesnudo. Llevaba puesto un bikini, hacía rato que estaba en la terraza, sola en casa y se sentía libre. En ese momento sonó su celular,-Cómo estas?-, Sebastián la sorprendió gratamente, - estoy a unos 40 minutos de tu casa. Cuando me dijiste que pasarías el fin de semana en la playa, no dudé en venir, tengo ganas de verte-. Ella sonrío y dijo: -Sabes como se llama esto?-Conexión extra sensorial, apurate que también tengo ganas de verte-.
Mientras esperaba que llegara se dirigió al refrigerador y encontró una botella de vino blanco abierta, la tomó junto con una copa y se sentó a leer, en realidad no prestaba atención al libro, se limitaba a saborear lo que sería el encuentro , mientras sorbía el delicioso vino. Al rato empezó a sentirse acalorada, debía ser el vino, pensó, y la ansiedad de la espera, fue en ese momento cuando una mezcla de sensaciones se apodero de ella, el vino, el calor, la ansiedad de la espera, se confabulaban tomando cada vez más fuerza, el calor le enrojecía las mejillas y se sorprendió fuertemente excitada, se quitó la parte superior del bikini, lo que dejó sus turgentes y hermosos senos libres, tan libres como ella se sentía y eso la excitaba más, los latidos de su corazón se aceleraron. A medida que pasaba el tiempo, se sentía más y más excitada, dejó que su mano se deslizara por su vientre sintiendo repentinamente el placer que deseaba desde la llamada sorpresiva. En ese momento escuchó un ruido en la calle, un auto que se detenía, era Sebastián. Se puso un vestido sobre su cuerpo desnudo ese vestido blanco que a él tanto le gustaba y salió a recibirlo. El la vio tan hermosa como siempre, pero hoy parecía todavía más atractiva en ese lugar donde el mar, el sol y las estrellas crean el ambiente perfecto para un encuentro de amantes. Se abrazaron y se besaron fuerte...lento y profundo, despertando aún más su excitación ante un beso irresistible. El la tomó fuerte y deslizó su mano por su cuerpo, al tocarla notó que no traía ropa interior. Por eso , dejó de besarla y suavemente le dijo algo al oído:... Ella comenzó a reír, un poco por lo que había escuchado y también porque sabía perfectamente que era lo que a él más le gustaba...